Gracias a un código facilitado por nuestros amigos de Koch Media hoy os traemos el análisis de Necromunda: Hired Gun. El último juego publicado por Focus Home Interactive es un FPS indie de ritmo rápido desarrollado por Streum On Studio y basado en el universo de Warhammer 40,000. El título nos encandiló desde el primer momento cuando la desarrolladora nos sorprendió con las primeras imágenes del tráiler, allá por el mes de abril. Su estética cyberpunk ruda, industrial y oscura, su enorme frenetismo y los altos componentes de gore nos hizo ilusionarnos con la posibilidad de tener entre manos a un firme competidor de Doom.
Todo lo que han ido publicando la desarrolladora y distribuidora tenía tan buena pinta que han ido acrecentando el hype de los jugadores de forma descontrolada, hasta tal punto que nos han hecho olvidar que se trataba, en realidad, de un juego pequeño hecho por una compañía pequeña. Y el resultado, al final, no ha podido ser más desilusionante. Necromunda: Hired Gun llega como un jarro de agua helada en la edición para consolas Xbox.
Elige tus contratos. Caza a tus objetivos. Recoge la recompensa.
Hired Gun tiene lugar en los confines más profundos de Necromunda, un planeta constituido por miles de colmenas donde la población ha ido construyendo ciudades capa sobre capa durante miles de años hasta alcanzar varios kilómetros de altura por encima de la superficie. El límite entre esas capas lo marca la dificultad para sobrevivir. En las ciudades colmena rige el código social de las Casas y cada una de las seis rige una zona de la colmena. Son zonas compuestas por un amasijo de hierros a través de los cuales no pasan los rayos del sol. Cuanto más se desciende más inhabitable se hace el medio ambiente. Necromunda es el hogar de dioses guerreros y tiranos viciosos donde millones viven y mueren cada día. Es un lugar de guerra de pandillas sin ley que mantiene unida a una sociedad de crimen y corrupción. Es, sin duda, un lugar perfecto para los negocios.
El jugador asumirá el papel de un despiadado pistolero a sueldo capaz de todo que se verá envuelto en una historia de venganza. Podremos elegir entre varios personajes predefinidos, hombres o mujeres, e iremos acompañados de nuestro inseparable perro ciber-mastín. Además, tendremos a nuestra disposición un gigantesco arsenal en continua expansión para acabar con los mutantes y pandilleros más buscados.
El desarrollo de Necromunda: Hired Gun es lineal pero con numerosas posibilidades de personalización
Contaremos también con la posibilidad de ir mejorando nuestro propio cuerpo a través de implantes mecánicos que nos permitirán ganar habilidades como doble salto, correr por las paredes o usar un rezón (gancho) para acceder a sitios lejanos o desarmar enemigos. Dispondremos asimismo de habilidades especiales que podremos ir desbloqueando a medida que avancemos y nos dotarán de poderes especiales y posibilidades casi ilimitadas en combate. De esta forma, Combinando nuestras habilidades con nuestro arsenal y con la ayuda de nuestro fiel perrete nos convertiremos poco a poco en una despiadada máquina de matar.
A pesar del enorme tamaño de los escenarios Necromunda: Hired Gun es un juego bastante lineal estructurado en misiones principales y contratos. Tras acabar cada misión conseguiremos un cierto botín compuesto por objetos, accesorios, armas y dinero. Las misiones principales nos permitirán ir avanzando en la historia, que tiene una duración aproximada de entre 8 y 9 horas. Los contratos, por su parte, son muy numerosos y son atemporales. Podremos hacerlos siempre que queramos y nos ayudarán a conseguir recursos para hacernos más fuertes de cara a la campaña principal.
Cabe mencionar que, de momento, no existe modo multijugador, por lo que la rejugabilidad del título se fundamenta en conseguir la mejor puntuación posible en las misiones, que variará entre los típicos rangos B-S. Esto es una buena noticia para los “picados” de las puntuaciones que siempre buscan superarse pero para el resto no supondrá demasiado aliciente para continuar jugando el título una vez acabada la campaña. Quizá un modo multijugador hubiese alargado la vida del título un poco más.
Los escenarios tienen un gran peso
Nuestro cazarrecompensas se mueve rapidísimo entre escenarios inmensos. Esta es la clave del juego y la apuesta segura de un título que quiere aproximarse al excelentísimo Doom. Y es que la concepción es muy similar: entramos a zonas de terreno bastante grandes que se convierten en arenas y hasta que no limpiemos hasta el último enemigo no seguiremos avanzando. Los escenarios tienen varias alturas y muchas veces no está claro por donde deberemos continuar. Ante su inmensa magnitud y con la intención de evitarnos la ansiedad de no encontrar el camino se han introducido una especie de luces amarillas ancladas en paredes, suelos y techos que (de forma más o menos aproximada) nos indican por donde debemos continuar.
Los escenarios son francamente deslumbrantes: enormes salas compuestas por amasijos de hierro, máquinas, óxido, tuberías, escotillas que expulsan vapores…Todo proporciona una sensación intimidante pero que dan ganas de explorar. Y hacerlo nos podrá reportar recompensas ya que por lo escenarios se esconden unos cuantos cofres que contienen jugosos premios en forma de dinero, armas o accesorios que podremos equiparnos o vender para invertirlo más adelante en otras cosas.
Las premisas de Necromunda: Hired Gun son buenas pero la ejecución no tanto
Hasta aquí el juego podría pintar de maravilla: un trasfondo interesante basado en el universo Warhammer 40.000, un shooter en primera persona frenético y muy vertical con multitud de armas, habilidades, contratos…Pero lo cierto es que en la práctica es muy desilusionante y falla donde no le está permitido fallar a ningún shooter que se precie: en el combate.
Para empezar, a pesar de que tengamos muchas posibilidades respecto al armamento, el estudio ha tomado la mala decisión de utilizar la misma munición para todas las armas del juego. ¿Esto qué significa? Pues que a la hora de la verdad, en cuanto hayamos descubierto el arma que más nos gusta podremos acabar el juego completo con ella, sin mayor complicación. Las balas rara vez escasean y el hecho de que no tengamos que administrar las diferentes armas hace que cualquier pizca de estrategia desaparezca. Da igual con el arma que ataquemos a los enemigos porque siempre encontraremos munición. Entonces, ¿por qué cambiar?
Otro aspecto negativo es la inteligencia artificial de los enemigos, que es casi nula. No toman coberturas ni te emboscan, se limitan a ser esponjas de balas preparadas para caer en cuanto acabes la ráfaga sobre ellas. Tampoco es que haya mucha variedad de enemigos y su kit de movimientos es muy básico. Algunos están mejor diseñados que otros pero, por norma general, no destacan demasiado.
El frame rate: el verdadero lastre del juego
El problema más grave de todos es la tasa de fotogramas del juego, que está, directamente , por los suelos. Aunque parece ser que en PC está un poco más pulido nosotros hemos jugado en Xbox Series X y es nuestra obligación comentar lo que nos hemos encontrado. A pesar de que desde el menú de opciones podemos colocar en la pantalla un medidor de fps y de que este no baja de 59 fps, lo cierto es que cuando estás jugando las bajadas de frames son abrumadoras. Un juego que debería ir fluido al 100% rara vez funciona como debería y esto es muy grave. Resulta obvio que han realizado un port directo de PC en consolas y no le han puesto ni el más mínimo mimo.
Los problemas de sincronización vertical son evidentes y en un título de semejantes características es imperdonable. No se puede pretender hacer un shooter frenético en el que tengas que moverte, saltar o disparar sin parar y que la imagen esté, continuamente, temblando. No se puede. Es lógico que este título debería haber salido con un parche de día 1 que resolviera estos problemas en consolas pero no ha sido así. Por lo tanto, muy mal por parte de la desarrolladora.
Además, obviando los problemas técnicos, el sistema de gunplay no va nada fino y no da buenas sensaciones. El auto apuntado no funciona y tener que afinar cada disparo al enemigo mientras correteamos por todo el escenario se convierte en un infierno. Da una muy mala sensación de juego inacabado. Quizá con un poco más de tiempo o presupuesto podrían haber hecho algo más pulido.
No se le ha sacado partido ni al perro ni a las habilidades
Durante nuestra aventura iremos acompañados por nuestro perro Mastín, una auténtica bestia parda que impone sólo con estar cerca de él. Podría haber sido una idea a la que sacar más partido durante la historia y los combates pero pronto nos damos cuenta de que su aparición es casi testimonial. Podremos invocarlo mediante el botón B para que entre en escena y luego tendrá un pequeño periodo de cooldown para volverlo a llamar.
Nuestro compañero canino nos servirá para localizar a los enemigos, marcarlos en pantalla y atacar a los que tenga más próximos. Como decía antes, podían haberlo aprovechado más ya que muchas veces merecerá más la pena liarse a tiros y limpiar el escenario a base de plomo. Además, como apreciación personal, cada vez que marcas a los enemigos estos aparecen con una silueta roja que hace que el título se vea feísimo.
Otro motivo por el cual decidiremos resolver las situaciones a tiro limpio es la mala implementación que tienen las habilidades durante el combate. Si queremos usar una habilidad especial deberemos abrir su menú radial con el botón RB y ahí seleccionarla con la palanca derecha. Este movimiento no hace que se pare o ralentice la acción, por lo que todo esto se ejecuta mientras el combate sigue su curso natural y los enemigos te fríen a tiros. El uso de habilidades en este aspecto supone más una molestia que una ayuda, por lo que acabaremos resolviendo el combate a tiros para no complicarnos la vida. Por suerte o por desgracia, el título no resulta especialmente difícil.
Un nivel técnico muy pobre pero con gráficos decentes y música contundente
Otro aspecto muy mejorable son las animaciones, tanto del protagonista como del resto de personajes. Algunas no están mal pero la mayoría son muy toscas y otras, directamente, ni existen. Las ejecuciones, por ejemplo, son tan rápidas que, sumado a lo que comentábamos de las rascadas de frames, muchas veces no sabremos ni cómo hemos acabado con el enemigo. Además, llevamos un rezón (un gancho retráctil) que sirve para desarmar a los enemigos que portan escudos. Pues bien, cuando disparamos el gancho al enemigo el escudo desaparece de sus manos, sin ningún tipo de animación. No da sensación de contundencia y deja entrever, de nuevo, las costuras de un título que va muy justito en todo.
Obviando los imperdonables fallos técnicos, en cuanto a nivel gráfico el título está a buen nivel. El rico mundo de Warhammer 40.000 está perfectamente recreado y lo vemos tanto en los escenarios como en los personajes, sus diseños, ropajes y artilugios. La ambientación es el alma de este título. Todos los seguidores de este universo verán perfectamente reflejada su esencia pero los no iniciados van a sentirse algo perdidos. La gente que no sea fan de Warhammer 40.000 va a encontrar bastantes trabas a la hora de seguir ciertas líneas de la historia, de las facciones, las casas y el mundo en general. Digamos que el título no es nada generoso para los que no sean seguidores incondicionales. Si lo que buscas es liarte a tiros simplemente puedes hacerlo, pero no le prestarás atención a la historia y te perderás muchos aspectos que valen la pena del título.
La música, por su parte, es muy contundente. Es imposible que pase desapercibida puesto que las melodías heavy metal pegan muy duro y acompañan muy bien a la acción. Es un aspecto muy positivo del juego. El título está traducido al español pero no doblado. Aún así, los actores en versión original hacen un buen papel y los personajes son bastante creíbles.
Necromunda: Hired Gun ha resultado ser un duro golpe
Después de las tremendas ilusiones que nos habíamos hecho, Necromunda: Hired Gun falla en lo más básico. La premisa no podría ser más atractiva ya que nos encontramos ante un shooter rápido y frenético que se aleja del resto de adaptaciones del universo Warhammer, que casi siempre han tirado más hacia la estrategia. Resulta un título muy apetecible de jugar…hasta que juegas.
Aquí es cuando te das cuenta de que nada funciona como debería. Es un juego divertido, eso es innegable, pero en ningún momento va más allá, por lo que no resultará muy memorable en el tiempo. Sus excesivos bugs y caídas de fps lastran totalmente la experiencia jugable. Tiene un buen planteamiento pero una mala, malísima ejecución. Es imperdonable que no se haya puesto ni el más mínimo interés en adaptar de forma decente este título en consolas, tanto en lo técnico como en el propio control.
Si le hemos dado finalmente un aprobado es por el hecho de que, quitando todos los problemas que tiene, es un título divertido de jugar. Tiene una buena ambientación, buen juego de luces, puedes personalizar tus prótesis mecánicas y pegar disparos a diestro y siniestro sin mayor preocupación. Pero, definitivamente, tanto para los amantes de Warhammer como para los no iniciados, tenemos en el mercado multitud de opciones mejores que este Necromunda: Hired Gun.
Acerca del autor
Gamer desde los 80. Amante de los animales y el buen cine. Licenciado en Publicidad y Relaciones Públicas. A veces salgo en películas por detrás.